
Es una de las bebidas más populares en el mundo, aunque no toda la gente conoce sus propiedades o bien la juzga según lo que ha oído decir.
¿La razón? Entre el café y las bebidas light y de cola existe gran competencia. De allí que comenzaron a diseminarse una serie de informaciones falsas sobre el primero, a las que se sumó el imaginario popular.
“De pronto alguien asoció que la diarrea que había sufrido era producto de haber tomado café. Pero nadie se preguntó si realmente esa era la causa”, indicó el profesor Manuel Elkin Patarroyo, médico colombiano con estudios de postgrado en las Universidades de Yale y Rockefeller en Estados Unidos, durante una entrevista efectuada en su breve visita al país.
Las décadas de los años 1970, 1980 y 1990 fueron las más duras en contra del café. Puede decirse que se le satanizó. Por eso, muchos médicos empezaron a preguntarse si tales acusaciones eran ciertas e iniciaron estudios científicos para analizar la composición química del café y contrastarla con esas creencias.
¿Qué se descubrió?
En 19 estudios efectuados entre 1963 y 1991 en distintos países (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y ciudades escandinavas) no se encontró ninguna correlación entre el consumo de café y el ataque cardíaco. Tampoco modifica la presión arterial de las personas con buena salud que lo consumen en cantidades moderadas.
En cuanto a la sensación de ardor en la boca del estómago que experimentan ciertos individuos cuando toman esta bebida, podría ser el resultado de que la cafeína induzca una secreción de gastrina, o pudiera ser que la acidez sea provocada por los ácidos que posee la bebida.
Sin embargo, el café descafeinado produce los mismos síntomas, por lo que otras sustancias presentes en el café podrían intervenir en esa hiperacidez gástrica, señala el documento Análisis de la Composición Química del Café y de los Efectos Biológicos que tiene en la Salud Humana, elaborado por Patarroyo.
En un estudio de situación controlada también se estableció que ese síntoma de ardor o dispepsia no estaba asociado con la presencia de úlcera gástrica, así que no es posible sostener que el café sea una causa de trastorno dispéptico.
Consumo prolongado
Desde el punto de vista digestivo, el café aumenta la actividad enzimática del hígado. En un estudio en el que participaron más de 128 mil adultos se llegó a la conclusión de que quienes ingerían cuatro tazas de café al día tenían un peligro relativo de manifestación de cirrosis hepática, cinco veces menor que aquellos que no hacen ese consumo.
Según el citado documento, en estudios efectuados de 1960 a 1990 en 10 países (Europa, Japón y Estados Unidos), se descubrió que quienes tomaban la cantidad de café, arriba indicada, tenían 24% menos probabilidad de manifestar un carcinoma colono-rectal, debido quizá, a haberse inhibido la secreción de ácido biliar.
Además, se ha establecido, que el café estimula el proceso de destoxificación al inducir enzimas transferasa de glutación, por medio del cafestol y el kahweol que posee, lo que ayuda a limitar la acción de sustancias tóxicas y oxidantes.
Aún hay más
La manifestación de la Enfermedad de Parkinson es 5.1 veces menor en las personas que consumen cuatro tazas de café al día. Esto es resultado del antagonismo de la cafeína hacia los receptores de la adenosina A2A. Los estudios indican que posiblemente la niacina que posee el café e interviene en la reducción de los radicales libres del cerebro, también actúe en la substancia nigra (que disminuye con esta enfermedad) y reduzcan el nivel de esos radicales.
Este padecimiento aparece alrededor de del 1% en personas de más de 55 años y en el 3% de las mayores de 65.
¿Y la cafeína?
Esta molécula es una de las más estudiadas del café y a la que se atribuyen la mayoría de efectos. Pero la composición de éste comprende más de mil sustancias. El café soluble, es harina de otro costal.
Cómo actúa
La cafeína es absorbida por el intestino y el estómago a los 45 minutos de haber sido ingerida. Alcanza el nivel máximo de concentración de 15 a 20 minutos. Traspasa las barreras celulares, incluidas las de la sangre, cerebro y placenta, por lo que el feto recibe la misma concentración de cafeína que la madre.
Se metaboliza en el hígado, donde pasa por sucesivas oxidaciones hasta que se elimina en la orina. Su efecto estimulante en el sistema nervioso es resultado de la acción inhibitoria de los receptores de la adenosina A, presente en grandes cantidades en el cerebro, riñones y en el tejido adiposo. Alivia el síntoma leve de fatiga y tedio con poco peligro de efectos perjudiciales.
“La cafeína provoca que uno esté mucho más alerta, que tenga más concentración y mejor memoria inmediata.
Pero no ejerce ninguna influencia sobre la memoria a largo plazo”, advirtió Patarroyo.
También hay gente que la degrada muy rápido, en cuestión de una hora. Estos individuos se toman de nueve a 10 tazas de café y ni cosquillas les hace. Mientras que otros, lo hacen lentamente y cuando la ingieren antes de ir a descansar, sufren insomnio, explicó el médico colombiano.
PROFESOR Manuel ELKIN. Patarroyo: mepatarr@mail.com.
Composición química
Ésta depende del grado de madurez de las variedades estudiadas, el modo en que se preparan, los métodos de análisis y sus limitaciones intrínsecas.
Por ejemplo, el café soluble contiene una cantidad más grande de minerales (2 a 3 veces) y cafeína (4 ó 5 veces), mientras que otras sustancias susceptibles a la degradación producida por la elaboración, desaparecen o disminuye su concentración.
Lo anterior es importante desde el punto de vista de sus características físico-químicas, así como respecto de sus cualidades organolépticas, tales como el aroma y el sabor.
Los cafés tostados poseen un elevado nivel de lípidos; también contienen proteínas, aminoácidos, hidratos de carbono.
Es buena fuente de potasio, magnesio y fluoruro.
Cifra
45 minutos después de haber sido ingerida, la cafeína es absorbida por el estómago y el intestino.
Prensa Libre
Guatemala, 8 de mayo de 2007
Por: Lucy Calderón Pineda
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